Masacre en Arizona
Fort Apache fue el primer episodio de la Trilogía de la Caballería dirigida por John Ford entre 1948 y 1950. Se basaba en la novela Masacre, de James Warner Bellah, que a su vez se inspiraba en la batalla de Little Bighorn, uno de los episodios más traumáticos del ejército estadounidense: ocurrió el 26 de junio de 1876, cuando el séptimo de caballería comandado por el teniente coronel George Armstrong Custer fue derrotado por las tribus lakota, cheyenne y arapajó cerca del río Bighorn, en Montana. La película guarda paralelismos con dicha batalla pero cambia algunos elementos para no hurgar en la herida, como el nombre de los protagonistas o la ubicación geográfica, mientras que la victoria corresponde a unos apaches interpretados por navajos. Así pues, para encontrar una visión más directa de lo acontecido en Little Bighorn hay que recurrir a otros títulos como Murieron con las botas puestas (Raoul Walsh, 1941) o Pequeño gran hombre (Arthur Penn, 1970).
Lo mejor de Fort Apache se concentra en los últimos veinte minutos de metraje, donde John Ford despliega su maestría para filmar las cargas de la caballería y los contraataques apaches en el majestuoso desierto de Monument Valley, que ya había sido escenario de La diligencia (1939) o Pasión de los fuertes (1946). En el fragor de la batalla asistimos al duelo entre la tozudez del teniente coronel Thursday (Henry Fonda) y la cordura del capitán York (John Wayne). Son momentos en los que se mezclan las decisiones suicidas de Thursday con la entereza de unos hombres que obedecen sin apenas rechistar, aunque sean conscientes de que su líder los lleva a una muerte segura. Ford no juzga directamente la actitud impertérrita de Thursday, pero sí deja en el aire la pregunta de si hacen falta lunáticos como él para crear leyendas que inspiren a toda una nación. Lástima que, para ello, Thursday se lleve por delante a un montón de hombres inocentes, mal pagados y peor instruidos.
El problema es que, para llegar a ese emocionante final —imposible no estremecerse cuando los apaches fusilan a sus enemigos en el desfiladero — , antes hemos tenido que pagar el peaje de uno de los westerns más irregulares de John Ford. La primera hora y media pretende macerar el desenlace, pero Ford tarda demasiado tiempo en mostrarnos la amenaza india y se enreda con una comedia romántica bastante sosa, la que protagonizan Shirley Temple y John Agar (por aquel entonces, marido y mujer; ella, además, estaba embarazada). A diferencia de lo que ocurrirá en Centauros del desierto (1956), se trata de un romance impostado, sin química y, sobre todo, encajonado de mala manera en el guion. Por otro lado, los gags protagonizados por la pléyade de secundarios de Ford —Victor McLaglen, Hank Worden, Pedro Armendáriz, George O’Brien, Ward Bond y un largo etcétera— son divertidos en sí mismos, pero no logran contagiar la empatía de películas anteriores, quizá por saturación o porque sabemos muy poco de sus personajes.
Con todo, Fort Apache tiene un gran aliciente: es el primer trabajo acreditado del guionista Frank S. Nugent, que hasta entonces había sido crítico de cine en The New York Times. Las críticas de Nugent llamaban la atención por el uso de la ironía y los juegos de palabras, y Darryl F. Zanuck le contrató en 1939 para que analizara las películas de la Fox antes de los estrenos, de manera que pudiera modificar los aspectos más flojos de las mismas. Tras romper el acuerdo con Zanuck en 1944, Nugent se hizo redactor autónomo y conoció a Ford —a quien idolatraba— durante el rodaje de El fugitivo (1947). A Ford le gustó el tipo y decidió contratarlo para Fort Apache vía Argosy Pictures. Fue todo un acierto: en los años siguientes, Nugent no sólo se iba a convertir en su más fiel colaborador, sino también en uno de los guionistas más reputados de Hollywood.
Pero aún habría que esperar un poco para disfrutar de los mejores trabajos de Nugent. En Fort Apache se le notan demasiado las ganas de gustar; introduce constantemente juegos de palabras —toponímicos y onomásticos— que a veces tienen su gracia, a veces se hacen repetitivos y, en general, cuadrarían más en alguna comedia ligera de Shirley Temple que en un western que demandaba más aspereza (hasta el humor visual es más refinado que en otras películas de Ford). Por otro lado, junto a la presencia de Nugent, cabe destacar otra novedad, y es que Ford apuesta decididamente por dotar de dignidad y razones a los nativos americanos. De hecho, en el momento cumbre, cuando la balanza está a punto de desequilibrarse, al espectador le es imposible no simpatizar con los apaches. Claro que una cosa es cómo nos lo cuenta Ford y otra cómo nos lo cuenta la historia. En el epílogo queda claro una vez más que al final siempre se imprime la leyenda.
BUENA | ⭐️⭐️⭐️
Título original: Fort Apache (1948). Dirección: John Ford. Reparto: Henry Fonda, John Wayne, Shirley Temple, John Agar, Ward Bond, Victor McLaglen, Pedro Armendáriz, George O’Brien, Anna Lee, Irene Rich, Dick Foran. Duración: 122 minutos. País: Estados Unidos.